viernes, 24 de mayo de 2013

Marx Ayer VIII.- Sobre la Estética Marxista Por Alberto Espinosa


   La estética marxista constituye un inmenso equívoco derivado de las ambigüedades morales y axiológicas de su fundador. Porque la base moral del marxismo es un argumento a la indignación moral por razones de piedad, de amor cristiano, si no hay que ver el Capital, plagado de citas bíblicas en favor de los desposeídos, por razones morales y hasta religiosas -pero Marx es ateo, con lo cual serrucha la rama en la que alegremente se sostenía la totalidad de su argumentación y de su indignación moral.    
   Cosa similar sucede en su estética, de la que casi o nada escribió, pero que se deriva del impulso revolucionario en una actitud perfectamente utilitaria. La tal estética marxista o no existe o es pura propaganda estatólatra... no hay más. 
   Error de magnitud, porque un artista es aquel que profundiza en su experiencia personal, ofreciendo así un punto de vista irreductiblemente individual sobre la realidad, ya intente restituir las normas, ya descubrir el ritmo de las potencias demetéricas y dionisicas... con lo cual no puede bien a bien expresar ni la sangre del pueblo, ni la raza, ni mucho menos la conciencia del proletariado -curiosa clase la del proletariado por cierto, consistente en su lucha por... por... por dejar de ser.
   Problema radical de identidad que se resuelve en la mera lucha por el poder político, que no toma una posición espiritual, ni moral, mucho menos estética... convirtiéndose lucha y arte en una técnica más, en una tentación más, en un fenómeno dogmático de la ilustración totalitaria y de la loa a las masas sumisas y gemuflexas -que en sus bagazos economicistas y utilitarios llega las más de las veces a enajenar y a obnubilar por completo a las conciencias...!!!



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