8.- Filosofía y Educación
8.1.-
La filosofía es: el arte y la ciencia de las distinciones, de los matices, de
las definiciones, de lo diferenciante, de lo especificante, de la determinación
de lo esencial.
La filosofía está, así muy mal parada en nuestra época, siglo y mundo, subyugada
por el signo de la indistinción, del hibridismo, por la androginia de las
formas, por la absorción completa y sin residuos de lo íntimo en lo público, en
cuya socialización el hombre contemporáneo, ya falto de toda interioridad, se
disuelve en el igualitarismo del número, sobre cuyo campo hoyado se instaura el
tuteo y el codeo público, el cual abona el terreno para el fenómeno final del
desconocimiento de la persona –tanto en el sentido epistémico, de no tener ni
poder tener conocimientos efectivos sobre la realidad humana misma, como en el
efectivo desprecio, estimativo y práctico, de la persona.
8.2.- La filosofía a la altura de los
tiempos debe por tanto ser una filosofía de la persona humana, enmarcada en una
teoría de la educación comprensiva y completa de nuestra realidad. Porque, por
un lado, la realidad del ser humano esta compuesta, si no íntegramente, si
principal y básicamente por personas (Personismo); por el otro, porque el
hombre, desde que nace hasta la tumba, está constantemente educándose, y a la
vez co-educando a sus semejantes, siendo la educación un fenómeno, notable en
este sentido, que prácticamente integra la totalidad del mundo de las personas.
Ambas filosofías deben así coordinarse con una filosofía de las circunstancias
y articularse por medio de una completa y compresiva filosofía del lenguaje.
8.3.- El hombre es: el animal educado: que es la
persona.
8.4.- La educación es; toda expresión que
articule una situación de convivencia formativa. La educación es, en efecto,
esencialmente convivencia formativa, formación de lo humano dentro de
situaciones de convivencia humana. Las expresiones educativas son tanto mímicas
como verbales, pero también aquellas que son producto de su espíritu y de la
actividad creadora de sus manos: arte, decoración, artesanías, etc.
8.5.- La educación es un proceso social.
El ser humano es el animal racional, pero tal animal es esencialmente social:
el individuo humano es un ser esencialmente social, que encuentra en la
educación el medio propio para formar su individualidad en el sentido específico,
estricto, esencial, de una mejor convivencia con sus semejantes: es decir, el
logro de la educación es la mónada, si, pero con puertas abiertas y ventanas
transparentes.
Los excesos y los defectos: el hombre mónada, confinado, encerrado en su
subjetividad, preso en la cristalina isla de su consciencia o encadenado sorda,
material, rígidamente al antro de fieras del inconsciente; el hombre socializado,
despersonalizado, al grado de dejar de ser individuo.
8.6.- El individuo humano comienza… por no existir.
Nace, crece y se desarrolla y finalmente muere en medio de una cultura
(filosofía, arte religión). Tal cultura es preexistente al individuo y también
le superará en el tiempo. El ser humano es: el ser social que vive en medio de
una cultura.
La educación, así, tiene como propósito y orientación final la formación
del individuo humano para el completo desarrollo de sus facultades, algunas de
ellas innatas, otras tantas tan innatas como exclusivas suyas (pues si todo
hombre es por naturaleza racional y hablante, hay quien nace para ser bailarín,
o pintor, u orador, o pianista, siendo los dones prodigados por la naturaleza a
los individuos escasos y a su manera aleatorios).
8.7.- Todas las expresiones que
articulan situaciones de convivencia formativa, todas las expresiones de la
educación, tienen en su núcleo una articulación moral. La esencia de educación
es la moral: la morada, la casa de la que sale y a la que se vuelve.
8.8.- En el proceso educativo la escuela
es una especie de segunda familia, de la misma forma que el maestro es una
especie de segundo padre. Es por ello que en el proceso educativo vale más el
ejemplo que mil palabras y no puede con nada ser sustituido.
8.9.- El proceso educativo, inserto en
la escuela, parte de la educación estrictamente materna y familiar (la crianza,
la pertenencia, la identidad de raza, cultura y religión), a las instituciones
sociales de la educación, que son en parte artefactos (más o menos mecánicos),
y en parte organismos sociales.
8.10.-
El hombre nace en medio de la naturaleza también, porque nace como
animal, como criatura orgánica, biológica, viva. Pero se va haciendo hombre
poco a poco, se va educando, se va humanizando entre los hombres, en un proceso
social –pero toda sociedad es una sociedad de individuos.
Desde el primero momento de su nacimiento, el ser humano es tomado por
otros, para ser educado, instruido, humanizado –la vida social de la cultura.
Porque el hombre no posee la humanidad, sino que vive en ella, que entra en
ella como se entra a un ámbito, a una región del ser, así entra en el mundo de
la cultura, que le precede y que estará ahí más allá del individuo.
El hombre es: educarse, hacerse hombre, es entrar en contacto,
familiaridad, asimilación y recreación de las formas y los contenidos de una
cultura –pero si entra en ese mundo de signos y de significaciones, digamos
porque no quiere, o porque no lo alcanza, o porque no existe (sociedades bárbaras),
puede decirse o que es un no hombre, o que es infrahumano, o que es bárbaro.
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