martes, 30 de abril de 2013

Filosofía por Radio III De José Gaos


2.- La división de la filosofía

   Los filósofos discrepan también acerca de las disciplinas filosóficas o las partes de la filosofía: acerca de cuáles sean, acerca del orden en que disponerlas.
   Las hay reconocidas desde siglos antes de la era cristiana. Las hay reconocidas solamente en este siglo. Las hay que, habiendo sido parte de la filosofía, han dejado de serlo, pasando a ser consideradas como ciencias independientes de la filosofía. Las reconocidas en la actualidad por todos, o por unos u otros, son numerosas: metafísica, lógica, teoría del conocimiento, filosofía de la ciencia o de las ciencias, ética, filosofía del derecho, filosofía de la sociedad, filosofía de la historia, filosofía de la cultura, estética, filosofía del arte, filosofía de la religión, antropología filosófica...
   Se reconoce unánimemente que hay ciertas disciplinas filosóficas o partes de la filosofía principales; pero no hay unanimidad absoluta acerca de cuáles sean. Sin embargo, puede decirse que nadie negaría que las principales a lo largo de la historia de la filosofía hasta la actualidad, pueden reducirse a la metafísica, la lógica y la ética, teniendo en cuenta lo que llegaba a abarcar la metafísica y lo que puede anejarse a la lógica y a la ética. Por eso este brevísimo curso se limitará a tratar de la metafísica con la que llegó a abarcar y de la lógica y la ética con lo que puede anejarse a cada una.
   La metafísica llegó a abarcar a su vez cuatro disciplinas o partes: ontología, cosmología o filosofía de la naturaleza o filosofía natural, psicología y teología o teodicea. Estas disciplinas pueden definirse por los respectivos objetos.
   El nombre de ontología está compuesto con dos elementos. El primero es el genitivo, ontos, del participio de presente neutro, on, del verbo griego que se traduce por el latino esse y el español ser. El participio latino correspondiente al griego on, ontos, es ens, entis, del que salió la palabra española ente, de la que es sinónimo el sustantivo ser, que figura en las expresiones un ser, los seres. El segundo componente del nombre ontología es el sustantivo logos, del que la mejor traducción española es razón. Este sustantivo tiene varios significados: en una frase como la razón es la facultad que diferencia al hombre del animal significa esta facultad; en el refrán obras son amores y no buenas razones esta última palabra significa palabras: el sentido del refrán es que el amor se prueba con las obras y no solamente con buenas palabras; en la expresión matemática razones y proporciones tiene la palabra razones la significación de quebrados o fracciones ordinarias; en la expresión dar razón de algo, razón significa una explicación, un pensamiento, la causa de algo. El sustantivo logos tiene los mismos significados. En el nombre de ontología tiene el segundo componente el significado de la razón que se da de algo -que en este caso es el ente o el ser, significado por el primer componente del nombre, así que el nombre mismo significa razón del ente o del ser, y la ontología, por su nombre, es una disciplina que tiene por objeto el ente o el ser.
   El nombre de cosmología está compuesto análogamente al de ontología. Su primer componente es el sustantivo griego cosmos, cuya traducción latino-española es mundo; así que la cosmología es, por su nombre, una disciplina que tiene por objeto el mundo -o la naturaleza.
   El nombre de psicología está compuesto, una vez más, análogamente. Su primer componente es el sustantivo griego psique, cuya traducción latino-española es alma; así que la psicología es, por su nombre, una disciplina que tiene por objeto el alma.
   El nombre de teología está compuesto, en fin, análogamente. Su primer componente es el sustantivo griego theós, cuya traducción latino-española es dios; así que la teología es, por su nombre, una disciplina que tiene por objeto a Dios.
   -Pero ¿y el nombre de metafísica?- Ah, éste tiene un origen histórico digno de figurar en la historia de la filosofía dejada para las últimas lecciones de este curso.
   El nombre de lógica es una sustantivación elíptica del adjetivo lógico de la expresión disciplina lógica. El adjetivo lógico mismo es un adjetivo derivado del sustantivo logos. Según su nombre la disciplina lógica es, pues, la que tiene por objeto el logos o la razón, pero en el sentido del pensamiento.
   El nombre de ética es una sustantivación análoga: del adjetivo ético de la expresión disciplina ética. El adjetivo ética está derivado del sustantivo ethos, cuya traducción latina es el sustantivo mos, cuyo genitivo es moris, y cuyo significado es hábito, costumbre, por lo que la traducción latino-española del adjetivo ético es moral. Según su nombre, la disciplina ética es, pues, la que tiene por objeto, la moral -que es cosa de las costumbres y de los hábitos buenos o malos que son las virtudes o los vicios.
   Las virtudes o los vicios, los hábitos, parecen individuales, propios de los individuos. Las costumbres parecen más bien sociales, propios de las colectividades. En todo caso, hay no sólo una moral individual, sino también una moral social, en la que entra la política, o a la que ésta puede anejarse. El nombre de política es una sustantivación análoga a las de lógica y ética. El sustantivo original es polis, cuya traducción latino-española es república, en el sentido clásico de una expresión como "los sagrados intereses de la república", es decir, de lo que hoy se llama más bien el Estado.
   El pensamiento es el instrumento por excelencia del conocimiento. ¿En qué consiste, por ejemplo, conocer la Tierra? En pensar, por ejemplo, que es redonda -y no plana como se la ve o percibe. La disciplina que tiene por objeto el pensamiento, o la lógica, puede tomarse, pues, en un sentido muy amplio, en el que abarca la disciplina que tiene por objeto el conocimiento, la teoría del conocimiento, o gnoseología, o epistemología, o crítica que con estos cuatro nombres se la designa. El nombre de gnoseología tiene por primer componente el sustantivo griego gnosis, de cuya familia es el verbo gnóskein, que se reconoce hasta en las palabras de la familia española de la palabra conocimiento: conozco... El nombre de epistemología tiene por primer componente el sustantivo griego episteme, que se traduce en español por ciencia. La gnoseología o disciplina que tiene por objeto el conocimiento, puede llamarse epistemología o disciplina que tiene por objeto la ciencia, porque el conocimiento científico es reconocido como el conocimiento por excelencia.
   Resumamos: ontología, cosmología, psicología, teología, lógica y gnoseología, ética y política, o disciplinas que tienen por objeto respectivamente al ente o el ser, el cosmos o la naturaleza, el alma, Dios, el pensamiento y el conocimiento, la moral y la política -son las disciplinas filosóficas principales de las que va a tratar este curso.
   Pero ¿en que orden?
   Dos criterios de ordenación de ellas son posibles -y se han seguido efectivamente.
   Uno es el de la principalidad de los respectivos objetos, y según este criterio corresponde el primer lugar a la disciplina que tiene por objeto a Dios, a la teología.
   El otro criterio es el de la primordialidad gnoseológica, o bajo el punto de vista del conocimiento, de los respectivos objetos, es decir, del orden en que éstos son naturalmente, o más fácilmente, conocidos; según este criterio se ha pensado diversamente, y puede pensarse diversamente aún, acerca de cuál sea la primera disciplina, si no acerca de cuál sea la última. Esta sería, ahora, la teología, si se reconoce que Dios es el más inaccesible de los objetos, el más difícil de conocer, el último en ser conocido... Pero ¿qué se conoce naturalmente, con más facilidad, primero? ¿el mundo? ¿el alma? ¿el conocimiento mismo? ¿el pensamiento?...
   Estas preguntas plantean un problema de cuya resolución tengo que decir lo mismo que dije de la resolución del problema planteado por la definición de la filosofía: que debemos dejarla para después de examinadas las disciplinas filosóficas mismas.
   El curso va a seguir este orden: teología y ontología, cosmología y psicología, lógica y gnoseología, ética y política; y las razones de este orden serán la conclusión de haberlo seguido...



lunes, 29 de abril de 2013

Un Hombre; un Cuadro. Sobre JAVIER ARIZABALO Por Alberto Espinosa

 Un Cuadro de JAVIER ARIZABALO

   El artista da razón de ser pintando. Sus obras son así argumentos visuales... cuando los tiene. Pensemos en José Clemente Orozco cuando habla, porque la pintura habla, de la justicia, en la Preparatoria de San Ildefonso (para no ir tan lejos como el Palacio de Justicia, cuyos murales están vedados, pues no se reproducen en las nuevas tecnologías, por otra parte). La justicia es arrastrada por un político borracho al lodazal de la juerga. La imagen dista de ser bella, es más bien una sátira, con lo cual nos habla más bien de una verdad que de un concepto estético: es una denuncia de la política nacional y una sangrienta crítica, un poco caricaturesca y un mucho cáustica, de la realidad social mexicana, de su profundo desorden e iniquidad. La pintura es así una crítica mordaz del poder judicial, habla de la corrupción del poder y todo ello es a su vez explicativo de la realidad nacional, de un país dolorido, enviciado, envilecido desde sus cúpulas. Es más un argumento de la verdad que de la belleza, pero con ello apunta, por negativamente que sea, a un ideal del bien, a una idea, a un valor por realizar.
Algo similar sucede con el conmovedor oleo de Javier Arizabalo, cuyo hiperrealismo no lo vuelca a la unidimensionalidad del estilo, a la planicie fotográfica, sino que expresa con gran sensibilidad el dolor del ser humano desechado, por el rampante desconocimiento práctico de la persona humana que campea en nuestro tiempo de postmodernidad. El oleo nos habla de una sociedad indiferente, por razón de la dictadura del relativismo actual, donde todo se homologa, que igual tira a la basura chamarras de cuero y pantalones de pana que personas, las cuales van a dar al inmenso pudridero de las maravillas obsoletas, y el hombre cosificado, lastimado íntimamente, en su dignidad de persona, a rodar junto con ellas.
   Llama la atención las manos enlazadas del modelo, un inmigrante rumano, como encadenadas, como encandenándolo, por lo que se enfatiza que se trata de un desempleado, de un parado. La mirada y en general la expresión del rostro en su totalidad, dan idea de un sufrimiento que por más que quiere ser reflexivo, por más que profundiza en la propia culpa, en la propia falta, nada ve, nada resuelve, sumiéndose así en un doble desconsuelo. Habría que resaltar en la figura total del cuerpo humano una especie de presión que lo reduce, que lo enjuta, que lo oprime y estruja y lo angustia entero hasta encorvarlo. Ya no se trata de un esclavo que espera los sangrantes púas del feroz latigazo, sino del hombre humillado, excluido, desechado, reducido a mendigar, a medrar, a humillarse, a pedir limosna tal vez. Es la imagen sólita del hombre perdido en la jungla asfáltica de una gran metrópoli, abandonado a su mezquina suerte, a la deriva entre un mar de hombres encerrados, confinados en sí mismos, encerrados dentro de sus peculiares subjetividades, naufragado cada uno y en conjunto en el río más contaminado del mundo: el de las miradas, el río del tedio.
   Es el mundo de la sociedad postmoderna, nuestro mundo, donde el hombre no sólo ha descreído del hombre, del prójimo, sino hasta del destino mismo de la humanidad, que ya no cree en la especie humana como tal y ni propone ni visualiza una patria humana para el hombre. Sociedad dominada por lo numérico abstracto, por la ambición del número , de la cifra, del dígito que aumenta que engorda geométricamente al gran cero; por lo meramente cuantitativo de la vida, pues y su relación con las superficies sensibles, con las positivistas partículas de la impresión retiniana y sensible en general, que sobre ese campo verde de verdura y desnudez estrafalaria se atreve llanamente a desconocer a la persona humana, en un desconocimiento no sólo epistémico, teórico, sino fundamentalmente estimativo y práctico -pero ajena, en cambio, al número absoluto de la persona humana (o divina), que se realizaría en que cada uno sea sí mismo, sin residuos de enajenación, desesperación o desesperanza, y en el contar con uno, con uno u otro, con uno mismo o con el prójimo. Sociedad, pues, donde falla el prójimo, la gente, en una crisis que se expresa en los clamores, sordos, apagados, vencidos, de toda la realidad en torno.
   La obra del artista Javier Arizábalo siente, pero al hacerlo también nos hace sentir, ese desamparo del hombre contemporáneo, solitario, arrojado a su suerte como decimos, constituyendo el retrato una verdadera alegoría de la ceguera humana contemporánea en la sociedad postomodera. La mirada desolada, hueca, del modelo, nos hace sentir así una culpa ácida, ligada acaso al mismo pecado de haber nacido, a una culpa original; manifiesta entonces nuestra fragilidad, nuestra pequeñez. Pero ¿en relación a qué, si Dios ha sido jubilado de la conciencia moderna, si la conciencia moderna consiste muy precisamente en vivir de espaldas a Dios, en… en…. en haberlo matado, en haberle dado muerte con el puño ideicida del materialismo? En relación al hombre mismo, medida ahora de todas las cosas, donde el hombre es presa del hombre, donde el hombre en su mayor número ha sido vencido por la delirante predación de la eficiencia competitiva.
   El cuadro resuelve una imagen que mueve a indignación. No es bello, qué duda cabe, sino expresivo, expresante de un hecho nudo que es más verdadero que bello, que no es bello: de un hecho crudo de nuestra histórica condición humana, de nuestra miseria humana modelado por el tiempo de la postmodernidad. Expresa también la indignidad del modelo, no menos que su estupefacción ante el hecho crudo, nudo, brutal de la vida moderno-contemporánea… y ante el hombre, ante los otros, ante la sociedad misma. Todo lo cual se resuelve en la amargura del hombre moderno, que no tiene más el refugio de la trascendencia, la esperanza en algún dios salvador, redentor, en un más allá, en otra vida, ni tampoco utopía, otro mundo en el cual vivir -viniendo a ser con ello y en todo el hombre del existencialismo, el del ser arrojado ahí, el dashein, el ser que ya no tiene esencia humana, sino sólo historia, y que por tanto viene a ser una y la misma cosa que el ser… para la muerte. Por un lado, el hombre que vive de hecho, desplegándose y a sus anchas alegremente por el campo impoluto de la historia, sin apelar ya a la justificación de ninguna naturaleza, humana o incluso trascendente, ya dentro de la comunidad o de la historia, puramente de hecho, sin razón de ser, a quien le estorba toda esencia y toda naturaleza le parece extraña, odiador de las esencias, pues, y por tanto de la filosofía misma; por el otro lado, el hombre, pasto del hombre, que vive de hecho, frustrado de sus anhelos y aspiraciones, decepcionado de la vida y de su suerte ontológica, sin sentido y sin razón de ser.
   El cuadro así conmueve al espectador al contemplar la imagen del hombre afligido, profundamente acongojado, caduco, confundido hasta la médula, ciego, sin luz interior, y por su expresividad y pertinencia conmueve también nuestra idea de la sociedad global en que vivimos, conmoviendo con ello nuestras certezas sobre la sociedad de beneficio y el mismo ideal de los derechos humanos y de la justicia social, promovidos día con día por los medios masivos de comunicación en la sociedad postmoderna (que poco o nada hablan en cambio de la deuda social, de la hipoteca social que han contraído los hombres de las decisiones y de los privilegios, agravados en sus puestos por esa responsabilidad).
   Arte crítico, es cierto, que busca más la verdad que la belleza, verdades incómodas, punzantes, hirientes, incluso mórbidas –resuelto, sin embargo, en una especie de esteticismo apráctico, y que por ello resulta no más que una expresión más de la decadencia del tiempo, del generalizado caos y periclitar del mundo en torno. Pintura, pues, que perturba al espectador, que nos aflige, que nos preocupa, pero que nada propone como ideal a la bondad –esa forma cumplida, lograda, gloriosa, de la belleza.
Alegoría, pues, del hombre de nuestro tiempo; doblemente ciego, que no ve por donde va o que sabe que es lo mira; donde tanto modelo como espectador están arrojados fuera del centro auténtico de la persona, donde por la vertiginosa circulación de las mercancías, los bienes materiales y sus preciadas satisfacciones los hombres resultan incapacitados congénitamente, culturalmente, para dejar asentar el polvo cósmico nebuloso de las expresiones estéticas en una verdadera constelación de valores, donde no hay centro axiológico, sistema solar de valores, y donde el artista es sólo un intermediario más, sujeto a las especulaciones y tiranías del mercado, en esa rueda sin fin y sin sentido de las exhorbitaciones colectivas del consumo –en las variopintas e innúmeras formas de sus ídolos de barro, de riqueza, de poder, de placer efímero.
El cuadro de Arizabalo no explica nada, en cambio muestra, es una evidencia –de nuestro tiempo, del artista, de nosotros como contempladores. Pero aún así nos habla: habla del desconocimiento de la persona humana, no sólo en el sentido de no tener, ni querer tener nociones adecuadas de la persona, sino de su abierto desconocimiento, estimativo y práctico; también del arte como refugio, como un contraveneno que nos permite mirar e incluso admirar esa realidad, pero ya en un sentido no solamente apráctico, sino incluso mórbido de la expresión, que nos conmueve, es verdad, pero que a la vez sacraliza las formas simbólicas socialmente aceptadas de agresión al prójimo, que van de la soterrada burla, a la intimidación, pasando por el omnipresente chantaje.
   Ante todo lo cual la estética de las vanguardias modernas y sus estrambóticos refosiles conceptuales y realizativos circenses no sólo no explica, sino que tiene que ser explicado, pues no ha hecho sino inventar, muy a lo conceptualmente y a su subjetivísima manera, un endeble asidero: el de la “belleza convulsiva”. Una belleza degradada, pues, más una mera frivolidad que cualquier otra cosa, que aparejada, uncida al yugo de una verdad menor y sobre ello morbosa, envilecida, y de una bondad cercana al de insolentes fariseos que, escandalizados por el mosquito que cuelan, dejan pasar alegremente al camello, conforman malamente el mundo existencial de ese ser ahí, al que tal vez ya no se le pueda llamar hombre, dispensado de toda moral, de toda filosofía y hasta de toda estética.
   Porque no todo el arte tiene la intención ni de explicar ni de poder ser explicado. Ya el joven Picasso decía que el arte no era sino una cuestión de gusto, de mero gusto, como sucede con las almejas, que él no entendía, pero que… sin duda le gustaban -el joven y eterno de Picasso,… el viejo Picasso.

JAVIER ARIZABALO, OLEO sobre lienzo, 65x81cm

MODELO, Nedelku-Marian




viernes, 26 de abril de 2013

Antropología Filosófica I Por Alberto Espinosa



I.- Antropología Filosófica


1.1.- La Filosofía inicia dando una definición de sí misma. 

1.2.- Filosofía es ciencia, es teoría, es dar razón de los entes -pero de todos los entes, siendo su objeto la totalidad. 

1.3.- La ciencia, la teoría, es el desarrollo cabal de una definición.

1.4.- La definición en forma, la forma propia de la definición, se hace por el género próximo y la diferencia específica. Definible en sentido estricto es sólo aquello que pertenece a un mundo de cosas individuales cuya realidad forma parte de otra realidad que la abarca y que está dotada de una estructura o que posee una constitución específico-genérica, que es todo aquello que tiene una esencia. La definición se postula así como la forma de saber por excelencia si se consideran todas las cosas como definibles, si se da por supuesto que todas as realidades son esenciales, que la realidad toda está constituida es esencial, que la realidad universal tiene una estructura específico-genérica, que la naturaleza y el mundo están ordenados por géneros y especies.

1.5.- La Filosofía del Hombre es el desarrollo cabal de la definición de hombre. El hombre es el animal racional. La racionalidad sería lo que diferencia al hombre de los animales irracionales. La definición dice qué o cual es la esencia de una especie. Los hombres son los individuos de la especie humana, del animal racional. Del género animal se derivan las especies: animal irracional y animal racional. La esencia de la especie humana estaría integrada por la animalidad y por la racionalidad. La definición se hace por el género próximo (la esencia del género animal es la animalidad) y la diferencia específica (la racionalidad diferencía a la especie humana en el género animal de la especie de los animales irracionales), siendo el género próximo lo propiamente definiente, deslindante, especificante o lo especifico y propiamente esencial -siendo la racionalidad en el hombre la esencia de éste.

1.6.- La Filosofía del Hombre es el desarrollo de la definición de la esencia del hombre, de su racionalidad. El desarrollo cabal de la definición del hombre, de la teoría del hombre, es a su vez en esencia el desarrollo de la definición de la razón, es la teoría de la razón. 

1.7.- La Filosofía de la Filosofía es el desarrollo de la definición de la Filosofía. La Filosofía es la ciencia que a diferencia de las demás ciencias, de objetos restringidos, tiene como objeto propio a todos los objetos, incluyendo. y principalmente, al sujeto filosofante, del cual no puede hacer en modo alguno abstracción por ser, justamente, ciencia o teoría o visión de la totalidad -siendo así la Filosofía un género literario-científico peculiarísimo, a medias un dar razón del mundo, de la totalidad de lo existente, de todo lo habido y por haber, mediante componentes científicos; a medias una confesión personal de su autor, para lo cual se sirve de ingredientes artísticos, estéticos. 

1.8.- La Antropología Filosófica cabal y propiamente dicha implica el desarrollo convergente de ambas definiciones: del hombre y de la Filosofía, dando como resultado razón o explicación de hombre por la razón, por la Filosofía (el hombre, el animal filósofo), y dando explicación razón, de la Filosofía por el hombre -pues dependiendo del hombre que se es la Filosofía que se elige, aunque las Filosofías no se eligen ni se dejan de elegir sino por motivos irracionales, no por razones puras, de la pura razón, sino por razones de la razón práctica, que son razones impuras, humanas, pues, y demasiado humanas, o por la constitución moral del hombre.





jueves, 25 de abril de 2013

Filosofía Por Radio II De José Gaos


Curso de Iniciación en la Filosofía 

1.- La definición de la filosofía

   Con estas palabras empieza un curso radiofónico de iniciación en la filosofía, en veinticuatro lecciones de un cuarto de hora, o sea, en seis horas en total. En tan poco tiempo no cabe realmente más que una iniciación en la filosofía. Pero para ser verdaderamente una iniciación, va el curso a suponer que ninguno de sus oyentes sabe absolutamente una palabra de filosofía
-aunque no puede suponer que ni uno solo de sus oyentes no sepa absolutamente nada de nada...
   En tal suposición, lo primero debe ser explicar la palabra misma filosofía. Es una palabra que ya no escribimos, pero sí pronunciamos todavía como los que la compusieron: griegos del siglo cinco antes de Jesucristo. La compusieron con otras dos palabras de su lengua: filía, que quería decir amor, y sofía, que quería decir sabiduría; y así, filosofía quiere decir amor a la sabiduría, afán de saber, ganas de saber.
   Pero con el tiempo cambian de significado las palabras; ha cambiado de significación la palabra filosofía.
   En la actualidad significa ante todo un innumerable conjunto de obras, las llamadas obras de filosofía o filosóficas, que integran la historia de la filosofía juntamente con los respectivos autores, los filósofos, y con todas las circunstancias de éstos y de ellas. Es un conjunto como el de las obras de literatura o literarias y el de las obras de ciencia o científicas, que integran respectivamente la historia de la literatura o literaria y la historia de la ciencia con sus autores, y las circunstancias de éstos y ellas.
   Las obras de literatura son de diferentes géneros: novela, poesía, teatro... Las obras de ciencia son de diferentes ciencias: matemáticas, física, biología, psicología, economía... Las obras de filosofía son de diferentes ciencias filosóficas o disciplinas filosóficas: metafísica, lógica, ética. La palabra filosofía significa en la actualidad también el conjunto de estas disciplinas, que puede llamarse la enciclopedia filosófica.
   Pero parece que, para que las innumerables obras de filosofía, y las numerosas diciplinas filosóficas o partes de la filosofía, puedan ser todas filosóficas o de filosofía, es indispensable que entre todas las obras de filosofía y entre todas las partes de la filosofía haya una unidad, que haga posible darles el mismo nombre con una misma significación. Tal unidad sería la esencia de la filosofía, lo que haría que las obras de filosofía sean de ésto, de filosofía, y que las partes de la filosofía sean partes de ésta, de la filosofía. Y ahora habría que decir qué o cuál es esta esencia, la esencia de la filosofía -pero aquí nos encontramos ya con un primer problema.
   Se dice que el hombre es un animal racional, y que la razón es lo que le diferencia de los animales irracionales. Los hombres son los individuos de la especie humana o del animal racional; los demás animales son los individuos de la especie del animal irracional. Las especies del animal racional y del animal irracional son las especies del género del animal. La animalidad y la racionalidad integran la esencia de la especie humana, porque son lo que hace que cada una de los individuos de esta especie sea tal, es decir hombre. Decir qué o cuál es una esencia es definirla o dar la definición de ella. Decir que la esencia de la especie humana es la animalidad racional, es definir esta esencia o dar la definición de ella. La animalidad es la esencia del género animal; racionalidad es lo que diferencia la especie humana de la especie de los animales irracionales dentro del género animal, que es por lo que la racionalidad es la diferencia específica de la especie humana. Por éso se dice que la definición se da por el género y la diferencia específica.
   Pues bien, decir qué o cuál sea la esencia de la filosofía sería definir o dar la definición de ella -po el género y la diferencia específica; y aquí es donde se plantea el problema.
   ¿Cuél es el género de la filosofía? Unos filósofos dicen que ciencia, porque piensan que la filosofía es una ciencia; pero otros filósofos lo niega, porque piensan que la filosofía no es propiamente ciencia alguna, sino más bien una especie de arte, que sería para ellos el género de la filosofía.
   Pero para los filósofos que piensan que la filosofía es una ciencia, ¿cuál es la diferencia específica de la filosofía, lo que la diferencia de la demás ciencia?
   Las ciencias se diferencian a primera vista por los respectivos objetos: la aritmética es la ciencia de los números; la geografía, la ciencia de la Tierra; la sociología, la ciencia de la sociedad. ¿Se diferencia la filosofía de la demás ciencia por su objeto? ¿cuál es el objeto de la filosofía?... Unos filósofos piensan que el objeto de la filosofía son todos los objetos -pero bajo un punto de vista diferente del de las demás ciencias... Otros filósofos piensan que la filosofía tiene un objeto propio, diferente de los objetos de las demás ciencias, pero discrepan acerca de este objeto... Otros filósofos piensan que la filosofía no se diferencia de las demás ciencias por el objeto, sino por el método...
   El resultado de todas estas discrepancias, acerca del género y la diferencia específica de la filosofía, o acerca de la definición de la filosofía, o de la definición de la esencia de la filosofía, o acerca de la esencia de la filosofía, es que haya tantas definiciones de la filosofía, o de la esencia de la filosofía, como filósofos -si no es que haya tantas esencias de la filosofía como filósofos...
   En las demás ciencias no parece pasar lo mismo: no parece que los matemáticos discrepen acerca de que la aritmética es la ciencia de los números, ni que los geógrafos discrepen acerca de que la geografía es la ciencia de la Tierra, ni de que los sociólogos discrepen acerca de que la sociología es la ciencia de la sociedad.
  ¿Por qué los filósofos discrepan, no sólo acerca de si la filosofía es la ciencia de todos los objetos o de un objeto, o de tal o cual objeto, sino ya acerca de si la filosofía es ciencia o no, o por qué los filósofos discrepan así acerca de lo que sea la filosofía? Este es el problema. -¿Y la solución?- ¿No se discrepará acerca de ella, igual que acerca del problema mismo -y será un nuevo problema?...
   En todo caso, no parece que el problema de por qué los filósofos discrepan como lo hacen acerca de lo que sea la filosofía, pueda resolverse más que examinando aquello que lo plantea, la filosofía misma -las obras de filosofía o la historia de la filosofía integrada por ellas con los filósofos y las circunstancias, y las disciplinas filosóficas o partes de la filosofía. Es el examen que iniciará la lección siguiente, empezando por las disciplinas filosóficas, dejando para después del examen de éstas el examen de la historia de la filosofía: pues no parece que pueda entenderse la historia de nada antes de entender de aquello cuya historia quiera entenderse...
                                                      31/7/61



Filosofia Por Radio I De José Gaos


Curso de Iniciación en la Filosofía

ad usum mecanographae
aliorumque ejusdem generis lectorum

2/11/60

Prólogo

Toda la vida he hecho copiar mis manuscritos a mecanógrafas. Las más de ellas no tenían ningún conocimiento de la Filosofía, ni más que una cultura general primaria. Las más de ellas no manifestaron ningún interés por lo que copiaban. A una de las que manifestaron alguno le prometí escribir una iniciación en la Filosofía que lo fuese verdaderamente para ella y otros lectores como ella. Todos los libros de iniciación en la Filosofía que conozco, y son bastantes, aún los que más se proponen realmente ser de iniciación, suponen realmente más de lo debido. Le resultó, probablemente, más imposible que al talento de escritores didácticos de los autores escribir elementalmente, a su, no digo soberbia de filósofos, sino orgullo o mera vanidad de profesores o escritores parecer demasiado simples y poco eruditos. Por mi parte me he esforzado constante, renovadamente, por escoger sólo lo más importante de todo, y no evitar honduras o alturas, sino descender o ascender a ellas de veras paso por paso desde el nivel mismo de la lectura y los demás lectores para quienes he escrito. Sobre el éxito o fracaso de mis esfuerzos a ellos toca sentenciar al final de la lectura, si llegan a él.
"Un libro de Introducción a la Filosofía es el primero de la disciplina que se debe leer y el último que se debe escribir", he publicado en algún lugar. Si sigo viviendo lo bastante, puede este librito no ser literalmente el último mío; pero no dejará de ser el último de Filosofía que habría escrito, en el sentido de que es imposible del todo que, por mucho que siguiera viviendo, me haga en la materia ideas diferentes de las resumidas en él.

2/11/60

A Celia
2/11/60


Nota Editorial a "Filosofía por Radio" Por Alberto Espinosa Orozco


Nota Editorial a "Filosofía por Radio" Por Alberto Espinosa Orozco

Notas para la Edición del libro: José Gaos “Iniciación en la Filosofía: Curso para ser leído por radio”.

I.- El Curso
   Iniciación en la Filosofía: Curso para ser leído por radio, no es sino un libro de introducción a la filosofía, encontrado en la Carpeta 105, Folios: 21142-021197 del Archivo José Gaos del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
   El lapso de composición está perfectamente registrado. La primera fecha anotada es la que se encuentra tanto al clase del título como del "Prólogo": dos de noviembre de 1960; la última corresponde a el 17 de diciembre de 1961. Aunque existen dos notas al final de la carpeta 105 en que se revisa el proyecto, con una última fecha registrada: 6 de febrero de 1965 [folio: 21198].
   Al final de la primera lección se encuentra una fecha, nueve meses menos dos días distante en el tiempo respecto del primer dato: 31 de julio de 1961. Así, es seguro que la primera intención definida de redactar el texto es la de noviembre de 1960, y que a partir de ahí, ya fuese contando con alguna primera redacción o borrador, ya transcurrido un periodo en que el Maestro Gaos encontrara un periodo de tiempo libre para la redacción definitiva, o bien, por último, tuviera el necesario tiempo de gestación -la más humana de todas, la de los nueve meces-, se lanzara en un breve periodo de 1961, específicamente del 31 de junio al 17 de diciembre del mismo año, a la redacción que ahora presentamos.
   Empero, la fecha última registrada en las últimas notas que acompañan la redacción, las del 65, indican que el proyecto, inacabado en su realización en su parte final, durmió en la mente de Gaos todavía poco más de tres años más, fecha en la que llevó a cabo algunas anotaciones para su conclusión y el proyecto de un índice.

II.- Los Índices.
   Se encontraron dos índices en la carpeta 105. Empero, aunque el de uno de ellos corresponde casi íntegramente al contenido del curso [folio: 021145], su orden no se ajusta puntualmente al desarrollado efectivo, especialmente en lo que concierne al aspecto histórico. Se respeto en lo posible las indicaciones de éste, agregando cambios en dos puntos: uno, cuando la lección redactada tenía en su cabecera un título que aclaraba cualquier duda; dos, en la parte histórica, escrita de corrido, se introdujeron tanto cortes como títulos, con la intención de conservar su proyectada forma de curso radiofónico.
  Otro índice se encontró al final del curso [fol:021196]. Este parece haber sido redactado poco más de tres años después: el 6 de febrero de 1965 (a juzgar por tratarse de la primera hoja de un conjunto de tres, que amarillean más que las otras del curso, siendo más ácidas y menos "acebolladas", y cuya hoja final lleva esta fecha). Parece tratarse de un último intento, al parecer no llevado a cabo, de volver a redactar la Iniciación. La "armazón", ciertamente modificada en algunos puntos, como la primera y la onceava lección, dedicados a Filosofía de la Filosofía I y II respectivamente, deja entrever empero un mismo hilo conductor respecto al proyecto realizado, sobre todo hasta al punto # 8, donde se trata de  "Ética (Política): "bueno" y "malo"". A partir de ahí si hay una diferencia de contenido, porque se agregan disciplinas no consideradas en el curso redactado efectivamente, como son la Estética y la Antropología Filosófica.[1]
   En lo que toca a la segunda parte del curso, su sección histórica, el índice es una revisión y pulimentación del anterior. Prácticamente exacta en cuanto a contenido, pero acaso más sintética. Gaos vuelve a señalar que se trata de un curso por radio, esta vez proyectado en 22 lecciones de 1/4 de hora o 3 hojas cada una, y hace la suma: 66 [hojas]. Es decir 5 horas y media de duración.[2] Así, se trata de una medida un poco menor (en media hora menor) a la señalada en la primera lección del curso redactada, la cual anuncia un curso de 24 lecciones; es decir de seis horas en total -la cual tampoco se llevó a cabo, pues en la obra rescatada se pueden considerar sólo 20 lecciones; es decir, cinco horas en total.

III. El texto.
      El texto se encuentra claramente dividido en dos secciones: Disciplinas filosóficas e Historia de la Filosofía. El texto presenta varias anomalías respecto al índice inicial del proyecto -sobre todo en lo referente a su parte histórica. la que en el índice consta de 12 lecciones, y en la efectivamente escrita se encuentra de corrido, sin pausas o indicaciones explícitas de el corte e inicio de la lección, estando además notoriamente incompletas (llegando a seis exclusivamente, si se hacen los cortes en los lugares en que temáticamente insinúa el filósofo). La carencia, acusada en el texto, respecto al índice del proyecto inicial [021145], sobre todo en su parte histórica, quizá pueda entenderse, en términos de la urgencia que el mismo Gaos sentía por aquellas fechas de terminar cabalmente su obra, tomando en cuenta que el mismo había ya redactado una Filosofía Contemporánea -aunque sus intenciones didácticas sean otras. De cualquier manera, la incompletud de las formulaciones de Gaos ponen de manifiesto, allende de las limitaciones de toda empresa humana, lo prolijamente complejo que supone redactar un manuscrito "iniciático" en las  disciplinas filosóficas, sus innúmeras posibilidades "estructurales" y de "armazones", pero, sobre todo, la entera dedicación de una vida a una empresa que no por inconcluyente y no univoca en sus pretensiones sistemáticas deja de ser un modelo de filosofía sistemática reiterada como proyecto filosófico a lo largo de una existencia.
   En las primeras líneas de la primera página de la primera lección, Gaos habla del curso ateniéndose al proyecto inicial, como de uno de 24 lecciones de un cuarto de hora cada una y de seis horas en total.
   En realidad se trata de una redacción de la que pudieron deducirse 20 lecciones de un cuarto de hora cada una y cinco horas en total -sin contar con que la lección #9 está incompleta (4 horas 50 minutos aprox.).[3]
   Es necesario advertir que las primeras lecciones no tenían título alguno, hasta llegar a la lección # 8 -siguiendo para titularlas el mismo método, o mejor dicho, la guía del índice inicial casi puntualmente.
   La que aparece actualmente como lección # 11, se encontró, sin numeración alguna, en los dorsos de la actual lección # 12 [folios: 0121195-012193], originalmente numerada "11", cuyo título es el de "Teoría del Conocimiento", pero en cambio si titulada "Filosofía del Lenguaje/ Lógica y Teoría del Conocimiento",. A la mitad, aproximadamente, la lección sufre una interrupción. Empero, la parte final de la lección, última página, a partir de la expresión "El conocimiento de haber una iniciación a la filosofía...", se encontró en el dorso de la página 021191, siendo claramente el remate de la lección.
   La actual lección # 12, a cuyos dorsos obedece la lección anterior, se encontró colocada al final del manuscrito original de Gaos, y tiene el número "11". Su paginación va de la "35" a la "37" [folios: 021193-021195], casi igual que otra lección también numerada "11", actual lección # 13, cuya paginación va de la "35" a la "38" [folios: 021186-021189]. Parece no haber duda de que en realidad se trata, como consta en la presente composición, de:
Lección 11, Filosofía del Lenguaje/ Lógica y Teoría del Conocimiento: los dorsos de 021195-021193 + 021191;
Lección 12, Teoría del Comocimiento: 021193-021195, y;
Lección 13, Teoría del Conocimiento/ Las geometrías: folios 021186-021189.  
   Es decir, la primera lección numerada como 11, viene a ser en realidad la número 13, pues la otra lección 11, actualmente la 12, tiene al dorso otra lección más y sin numeración que antecede a todas.
   De la actual lección 13 hay que decir que, al final, Gaos proyectó la indicación de tres lecciones más: "12/ Las demás ciencias/ El sentido del "si-entonces"/ 13/ La(s) filosofía(s)/ 14/ Las fuentes del conocimiento".[4]
   El texto se encuentra claramente dividido en dos secciones: Disciplinas filosóficas, e; Historia de la Filosofía. El texto presenta varias anomalías respecto al índice inicial del proyecto. Sobre todo en lo referente a su parte histórica, la que en el índice consta de 12 lecciones, y en la efectivamente escrita se encuentra de corrido, sin pausas o indicaciones explícitas de el corte e inicio de la lección, estando, además, notoriamente incompletas -llegando a seis exclusivamente, si se hacen los cortes en los lugares en que temáticamente lo insinúa el filósofo. La carencia, acusada en el texto, respecto al índice del proyecto inicial [fol: 021145], sobre todo en su parte histórica, quizá pueda entenderse en términos de la urgencia que el mismo Gaos sentía por aquellas fechas de terminar cabalmente su obra, tomando en cuenta que el mismo había ya redactado una Filosofía Contemporánea  -la cual tendría que verse, aunque sus intenciones didácticas sean otras, como complemento de esta obra. De cualquier manera, la incompletud de las formulaciones de Gaos ponen de manifiesto (allende de las limitaciones de toda empresa humana, lo prolijamente complejo que supone redactar un manuscrito "iniciático" en las  disciplinas filosóficas, sus innúmeras posibilidades "estructurales" y de "armazones") la entera dedicación de una vida a una empresa que no por inconcluyente y no univoca en sus pretensiones sistemáticas deja de ser un modelo de filosofía sistemática reiterada como proyecto filosófico a lo largo de una existencia.
  En el dorso de las primeras 15 hojas numeradas por Gaos [folios; 021152-021166] se encontró la "Historia de la Filosofía", presentada con una sola modificación: el texto no tiene separación alguna, sin embargo los "cortes" de las posibles lecciones son insinuados claramente por el texto, y así se siguió el orden de Lecciones para ser leídas por radio, introduciendo tanto los cortes como los títulos, que, si bien es cierto no pertenecen a Gaos, si se ciñeron o al contenido de las lecciones o al índice inicial o ambos.[5] Es necesario advertir que las primeras lecciones tampoco tenían título alguno, hasta llegar a la lección # 8 -siguiendo para titularas el mismo método, o mejor dicho, la guía del índice inicial casi puntualmente.
   Sólo cabe agregar que las presentes notas fueron hechas como miras a la confección del Volumen, el XVI de las Obras Completas de José Gaos, el cual versaría Sobre Enseñanza y Educación.








    [1] El índice enumera, pues:
"9. Estética: "bello" y "feo"
10. Antropología Filosófica: filosofía de la razón pura y vital
-y lo irracional; grados de la esencia y modos de la existencia.
11. Filosofía de la historia? Individuación histórica; esencia de la historia, factores, sentido: tres estados h. de la F."
    [2] Pero abajo rectifica el proyecto o al menos considera la posibilidad de doblarlo a 6 hojas por lección, es decir, aumenta a media hora cada una, teniendo un total de 132 [hojas] -y de 11 horas de duración total.
    [3] La lección # 9 se encontró incompleta en el manuscrito original. Al final el texto se interrumpe, ofreciendo sólo la siguiente guía de composición:
   "Las acciones voluntarias libres.
   Las virtudes y los vicios.
   Las personas y las instituciones virtuosas o viciosas.
   Conforme o contrario a la voluntad divina -al intelecto divino.
   Placentero o doloroso, causa de felicidad o infelicidad.
   Útil o perjudicial.
   Termino medio: universalizable.
   En sí o de suyo valioso.
   La naturaleza humana.
   Historia y filosofía.
   El moral y el moralista ¿y el ético?
   Ética y política. A moral y ética no hay política y...
   Entra en la ética lo política?
   Entre las acciones, personas, instituciones morales las hay políticas?
   La política:
   acciones, personas, instituciones:
   morales, esencial o accesoriamente, o esencialmente amorales?
   Historicidad de moral y política. Comunismo -sexualismo biologista?
   El liberalismo como formalismo político?
   Ética  -  Lógica
   moral     razón
   Antropología"

    [4]   Lección 14. En el dorso de la página del manuscrito correspondiente al folio 021190, al parecer redactada en agosto de 1961, Gaos escribió cuatro meses más tarde, el 12 de diciembre del mismo año, el sigiente esquema:
   "Geometría.
        Postulados.
Misma {
clase   Teoremas. Verificación empírica? Evidencia empírica?
                                                   universal
     Física.
           Postulados. Modelos. Hipótesis, teorías
Distinta {
clase      Teoremas. Verificación empírica. Experimento                                         universal?
    Economía.
        Postulados
Misma {
clase   Teoremas. Verificación empírica
                          particular.
    Metafísica.
          Postulados
Distinta{
clase     Teoremas. Verificación empírica
                                 individual
                                                 16/12/61
   Y al final de la misma lección 14 el esquema de una lección, no redactada discursivamente, numerada "13":

                                                                            13
                                                   Los conocimientos fundamentales
   Geometría-Lógica
      La percepción sensible y la abstracción y el pensamiento lógico/geométricos
   Física
    ________________________________________________ físicos
   Economía-Etica y política
      La conciencia propia y ajena_______________ económicos
                                                  humanos
                                                 psico-sociales
   Ontología
      La percepción sensible _____________________ ontólogicos
      y la conciencia
   Metafísica
      ______________________________________________ metafísico
      Percepción                   lógico     entes ideales
      Conciencia      Pensamiento{ geométrico
                                   físico  fenómenos físicos
                                   humano  _______ psíquicos
                                   ontológico
                                   metafísico entes metafísicos
                                                         26/8/61

    [5]   Hay tres Antologías bibliográficas: a) La primera en el folio 021147. Auna a la lista de nombres el tema y no propiamnte el libro o capítulo. b) La segunda, folio, 021146, sigue el mismo procedimiento, pero con mayor prolijidad de nombres y temas. c) La tercera, folio 021148, constituye un esquema intermedio.