La verdadera desgracia del sufrimiento es la de tentarnos a creer en la resistencia, en la fuerza, para encerrarnos en la fortaleza, en la cárcel del yo. El sufrimiento es así innoble y envilece, pues tiende a matar simbólicamente todo aquello que le rodea, haciendo sufrir a lo que tiene a su alrededor, dispensándose de toda moral o encerrándose en la prisión de si misma. Tiene la inclinación a renegar de aquello a lo que pertenecemos (el corazón, el alma), recluyéndonos en la orfandad del yo, en el silencio de aquello que nos pertenece, relegándonos así a las sombras y a las tinieblas, enclaustrados en la muda garantía segura del “yo”. De ahí solo podemos salir mediante el diálogo y la evidencia del sentido que hace hablar a la vida, que es el amor o la poesía.
miércoles, 17 de abril de 2013
Sufrimiento o Diálogo por Alberto Espinosa
La verdadera desgracia del sufrimiento es la de tentarnos a creer en la resistencia, en la fuerza, para encerrarnos en la fortaleza, en la cárcel del yo. El sufrimiento es así innoble y envilece, pues tiende a matar simbólicamente todo aquello que le rodea, haciendo sufrir a lo que tiene a su alrededor, dispensándose de toda moral o encerrándose en la prisión de si misma. Tiene la inclinación a renegar de aquello a lo que pertenecemos (el corazón, el alma), recluyéndonos en la orfandad del yo, en el silencio de aquello que nos pertenece, relegándonos así a las sombras y a las tinieblas, enclaustrados en la muda garantía segura del “yo”. De ahí solo podemos salir mediante el diálogo y la evidencia del sentido que hace hablar a la vida, que es el amor o la poesía.
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