viernes, 10 de mayo de 2013

Marx Ayer II Por Alberto Espinosa


De Historicismo y Existencialismo



   Tengo para mi la idea que ante el rampante fariseísmo de los marxistas, que raya en el cesarismo del culto innoble a la personalidad del jerarca en turno, la idea, decía, de que ante su falta extrema de fundamentos filosóficos asidos con garras y dientes apenas de un darwinismo de orangutanes, han venido a refugiarse finalmente en el existencialismo; ya por vía de J,P, Sarte, quien en realidad realizó el tránsito opuesto, que ante la falta absoluta de fundamento de su filosofía existencial, de la mera y nuda existenciariedad, fue a refugiarse con esos fariseos, los marxistas, en razón del inmanentismo conjuntamente compartido, pero profitando de dientes para afuera un amor a la humanidad bastante abstracto, bastante poco o nada individualizado, con nulo amor al próximo en realidad, que para Sarte son más bien y propiamente el infierno, las moscas, la nausea... Una máscara, pues, que en nada lo comprometía realmente, pero desde donde podía pontificar, y sobre todo adorar a esa diosa común de marxistas y existencialistas: la historia... que se valida y legitima por el hecho de ser sí misma... ... validada por si misma sin instancia o recurso posible a ninguna idea o ideal o naturaleza o esencia humana ya que la justifique, sin tener que apelar ya a nada ni a ninguna otra cosa que no sea ella misma. La historia, si, esa cosa tan mundana que cuando ya es en plenitud, que cuando alcanza su cresta cae, como la ola, desplomada, viéndose sujeta a las artes puntillosas de escribas y al compendio de enmohecidos almanaques... que es entonces historiografía, pasado, cosa muerta -pues ya no es... ya ha dejado de ser, pues ya es pasado, y el pasado es la estación más propicia a la muerte, a los muertos... porque simple y propiamente no existe, ya no es... Nihilismo pues. el de esas dos filosofías, que adoran a un mismo e idéntico ídolo, si, pero a un ídolo de yeso que ya no es, que ya no existe; ferviente y furioso, colérico amor por ese triste ídolo hueco, por eso ídolo de la particularidad sin universalidad posible, y sobre eso de una deidad amarga, que está deshabitada, que está vacía... !!!



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